prendada su alma bifurcó el camino,
y mientras sus pasos continúan el rumbo
en aquellos ojos, ancló su destino.
Siente por sus venas mariposas libres
brota de sus labios,
tenue, una sonrisa.
El habrá vivido mil veces lo mismo...
Se le alivia el pecho, vuelve a la cordura,
la mano segura sabe de memoria
sostener la suya.
Pasa en las historias de amores eternos
que al mirar las huellas
que han dejado al paso,
notan que las marcas que han quedado impresas
de a trechos pequeños
fueron mas que cuatro...
Zoe
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